Jornada "pro orantibus": los que rezan
El domingo de la Santísima Trinidad la Iglesia nos invita a rezar por aquellos y aquellas que rezan. Se celebra “la jornada pro orantibus ”. Sin duda, todo buen cristiano reza, porque la oración es una actitud vital y fundamental de su vida. Pero en la Iglesia hay un carisma, una vocación, una llamada a entregar la vida al Señor haciendo de la oración el eje fundamental de la vida. Este carisma es propio de monjas y monjes. Todo lo que ocurre dentro de los muros de un monasterio está en función de la oración y de la contemplación. Mientras los horarios de la mayoría las personas están en función de sus obligaciones laborales, que determinan las horas de las comidas, del descanso, y la organización de toda la jornada; los horarios en los monasterios están en función de la santificación del día por medio de una serie de momentos de oración que recorren la jornada, desde su inicio hasta el final, y en función de esas horas de oración (llamadas canónicas) se organizan las demás cosas: