TO - 29 - C / Lc 18,1-8
Lc 18,1-8
Tiempo Ordinario, domingo 29, Ciclo C 16/10/22
LA ORACIÓN DE LOS POBRES: COMO LA VIUDA DEL EVANGELIOPara MCVBLa propuesta de jesusdidaskalos.blogspot.com pretende impulsar la Lectio Divina articulando un acercamiento exegético al texto bíblico con el dinamismo de la Palabra de Dios en la liturgia eclesial; privilegiando, además, una espiritualidad educativa.
Queremos, una vez más, invitar a hacer Lectio Divina con el pasaje de este domingo. Podemos recordar los elementos esenciales de esta práctica espiritual de la mano de Bruno Forte:
PISTAS PARA PREPARAR EL TEXTO DE HOY EN La Lectio
- En 18,1, y como pequeño preludio para esta parábola con la que comienza el capítulo 18 del tercer evangelio, Lucas expone claramente el propósito de Jesús: la necesidad de orar siempre, sin cansarse.
- Propiamente la parábola de la viuda y el juez corresponde a los versículos 2 a 5.
- En los versículos 6 a 8, el Señor mismo saca una conclusión, a partir de la parábola (como explicándola) sobre el actuar justo de Dios con sus elegidos.
- Como en otras parábolas, Jesús contrapone dos personajes; esta vez un juez injusto (propenso a la corrupción pues el texto es enfático en que el binario ético y moral -Dios y los hombres- es débil: no tiene temor de Dios, ni respeto por los hombres); y por eso en principio no tiene interés alguno en hacer justicia a la mujer;...
-...y una viuda (cuyas características en la biblia nos resultan conocidas: en la sociedad de la época, pobre e indefensa). La narración deja entrever que la mujer fue insistente pidiendo justicia al juez frente a su adversario. Casi jocosamente el pasaje dice que el juez pensó que ella podía pegarle: Lc utiliza el término griego ὑπωπιάζω / hypopiazo (usado en el mundo del pugilato, y que literalmente significa "golpear debajo del ojo").
- Quisiera desarrollar un planteamiento esbozado por S. Vidal al comentar este pasaje del evangelio según san Lucas, y proponerlo como clave de lectura: el v. 8 con el que el Señor concluye habla de la venida del Hijo del hombre, y de si encontrará entonces esta fe en la tierra. El texto que está después del pasaje de los diez leprosos (que leímos el domingo pasado), es decir Lc 17,11-37, no se lee en el leccionario dominical. En dichos versículos, a raíz de una pregunta de los fariseos a Jesús, se habla de la venida del Reino de Dios y del día del Hijo del hombre. Como vemos, en 18,8 Jesús lo vuelve a mencionar. Vidal dice que es probable que se refiera a los pobres y los marginados que, en la comunidad de Lucas, corrían el riesgo de debilitar su fe al no sentir claramente que Dios les hacía justicia en medio de sus necesidades.
- Este comienzo del capítulo 18 de Lucas nos está invitando a todos, pero especialmente a los elegidos, a los preferidos de Dios (a las viudas, a los pobres, a los necesitados, a los que claman día y noche) a no cansarse; a que su fe no se debilite ni siquiera en las situaciones en que pareciese que Dios tarda en responder con su justicia.
- Orar, entonces, es clamar día y noche; expresar el grito del corazón (el nuestro y el de las viudas y los pobres) teniendo fe y confianza en los tiempos de Dios. Jesús alude directamente al tiempo de respuesta de Dios en el v. 7: Lc usa literalmente el término “paciencia”, idea que se traduce "¿Dios los hará esperar?"; Jesús dice que Dios hará justicia rápidamente.
En nuestra Lectio Divina, personal y comunitaria, este domingo, sería interesante no sólo pensar en la oración que hacemos presentándole al Señor nuestras necesidades individuales; es una buena ocasión para orar con los pobres y por los pobres (sus elegidos). La fe del Evangelio es la fe de los pobres: "Bienaventurados los pobres porque de ellos es el Reino de Dios" (Lc 6,20).
Confiemos en la Palabra de Jesús: Dios actúa más rápidamente de lo que creemos haciendo justicia a los pobres; por eso clamamos a él día y noche. ¡Señor, que no desfallezcamos nunca en esta fe!
Alesouri, Sch.P
LA ORACIÓN DE LOS POBRES:
COMO LA VIUDA DEL EVANGELIO