CALASANZ / Poema / Al ´porla´

AL ‘PORLA’

Acércate, niño, te voy a enseñar quedito los pasos para persignar.

—Y el buen Calasanz se inclina ante el niño quien sonríe pleno al ver su cariño—.

Mano derecha, levanta así el pulgar llévalo a la frente para comenzar.

Deslízalo suave hasta el entrecejo
y a izquierda y derecha, puntos parejos.

Así, mi pequeño, vas a encomendar ideas y sueños a la Trinidad.

Dices: “Por la señal de la santa cruz”
y cierras tus ojos, que adentro ya hay luz.

Sobre tu labio das un toquecito y dices: “de”, pero muy rapidito,

porque pronto “nuestros” has de pronunciar cuando sobre el mentón pongas el pulgar.

“Ene-” a izquierda, “-migos” a derecha: la cruz en la boca nos quedó hecha.

Ya, mi pequeño, ofreciste tus labios para que digas palabras de sabios.

Se acerca el final, la mano bajemos, que la tercera cruz dibujaremos.

Ahí sobre el pecho sus cuatro puntos con cuatro palabras haremos juntos.

Digamos: “Líbranos Señor, Dios nuestro”.
—Dios aparece entre alumno y maestro—.

Así, pequeñito, tendrá un caserón la Trinidad divina en tu corazón.

Todo lo cierra una bendición final que yo a ti te doy y tú a mí por igual.

—Ahí va el niño, libre de desmanes, pues lo custodian ángeles guardianes;

el tiempo devora noches y días
sin que se diezmen las Escuelas Pías;

sin que se acalle del maestro la voz, que de la Piedad y las Letras va en pos;

sin que cada veinticinco de agosto quepa el cielo en un corazón angosto—.

J. D. Arboleda