TO - 27 - C / Lc 17, 5-10
Lc 17, 5-10
Tiempo Ordinario, domingo 27, Ciclo C 2/10/22
Después de haber abordado durante dos domingos el tema las riquezas desde el horizonte evangélico de Lucas que poner proféticamente la mirada en los pobres, el camino discipular de Jesús con sus discípulos, también durante un par de domingos, se ocupará de enseñarnos a entrar explícitamente en "la fe".
Los discípulos le piden a Jesús "auméntanos la fe". Es una petición "cuantitativa": ellos tienen fe, y le hacen una petición a Jesús en términos de cantidad (danos "más" fe).
La respuesta de Jesús se centrará en lo "cualitativo". En términos de evangelio, las cosas del Reinado de Dios son pequeñas (como lo de los pobres). Lo vemos en la comparación de Jesús, quien escoge la diminuta semilla o granito de mostaza. Así es la fe del evangelio: pequeña y potente a la vez. Quien la tiene puede hacer cosas admirables. La imagen del sicomoro o morera, literalmente, des-raizado para ser plantado en el mar, más que querer mostrar un hecho que va en contravía de las leyes de la naturaleza, quiere enfatizar la fuerza asombrosa de la fe de los pequeños.
El pasaje de este domingo tiene una segunda parte, propia también de Lc. Es interesante el énfasis que destacan algunos exegetas de este texto como una invitación a los discípulos de Jesús a cumplir con su deber, sin darse ínfulas de importancia al cumplir con la misión recibida del Señor: "somos unos pobres siervos/unos siervos inútiles"; es decir, hemos hecho lo que teníamos que hacer, lo que el Señor nos ha mandado.
