TO - 19 - C / Lc 12, 32-48


Lc 12, 32-48

Tiempo Ordinario, domingo 19, Ciclo C    7/08/22

SIGUIENDO EL HILO DEL EVANGELIO DE LUCAS

 

El leccionario dominical omite Lc 12, 22-31 (el pasaje del evangelio según San Lucas inmediatamente anterior al texto de hoy). Sin embargo, el versículo 32 con el que inicia el pasaje de la liturgia de este domingo (“no temas, pequeño rebaño, porque su Padre ha tenido a bien darles el reino”) tiene la función de retomar ese pasaje y conectarlo con nuestro texto de hoy.

 

Retomemos, pues, Lc 12, 22-31 desde Lc 12, 32:

 

Jesús se dirige directamente a sus discípulos, instruyéndolos casi a modo de conclusión de lo que han aprendido de la parábola del rico insensato del domingo anterior.  Este pasaje omitido por el leccionario solemos llamarlo “abandono en la Providencia”.

 

El asunto en cuestión, abordado por las palabras en imperativo de Jesús, es que los discípulos no se preocupen. Ya conocemos este verbo (merimnao: estar preocupado, nervioso, inquieto), con el que Jesús se dirigió a Martha en Lc 10, 41; y que leímos en el domingo 16 del TO. 

 

Los discípulos de Jesús Maestro pueden asumir la preocupación y el agobio por la vida, el cuerpo, el alimento, el vestido, observando la naturaleza (las aves y los lirios) para aprender de ella: si el Padre se preocupa por todos los seres, con mayor razón conoce las necesidades de los discípulos.

 

Este pasaje que retomamos termina en 12, 31 con el planteamiento central de Jesús a sus discípulos: lo que hay que buscar, ante todo, es el reino. De esta manera, podemos conectar con el inicio del pasaje de hoy.



ALGUNOS COMENTARIOS AL PASAJE DE HOY

Lc 12, 32-48


Entremos en el texto a través de Lc 12, 32

 

Si en 12, 22 Jesús decía “no anden preocupados”, ahora en 12, 32 dice “no teman”; y se refiere a los discípulos con una expresión llena de ternura poco usual en el NT: “pequeño rebañito” (pues el término griego “poimnion” es el diminutivo de “poimne”, rebaño”.

 


Dejemos que resuenen en nosotros las palabras de Jesús:

  • Discípulos: no se preocupen / el Padre conoce sus necesidades / busquen el reino
  • Pequeño rebaño: no tengan miedo / al Padre le ha parecido bien darles el reino

 

Lc 12, 32 nos evoca Lc 10, 21 pues los términos son los mismos: 

  • 12,32: al Padre le ha parecido bien darles el reino.
  • 10,21: al Padre le ha parecido bien revelar estas cosas a los pequeños. 

Por tanto, se trata de buscar y acoger el reino que el Padre da a los pequeños, a los discípulos, relativizando toda preocupación y todo temor; relativizando incluso los bienes.



El reino es el tesoro de nuestro corazón que nos llega por Jesús

Lc 12, 33-34


El reinado de Dios que Jesús nos anuncia es un tesoro "inagotable" (este término en griego tiene el matiz de indefectible, inquebrantable). Es un tesoro invaluable y perenne que, como experiencia del corazón, se refiere a lo más esencial de la existencia.


El reino como tesoro inagotable, como la experiencia fundamental del corazón, está, pues, en estrecha relación con el ministerio de Jesús con sus discípulos; incluyendo el aspecto escatológico de la venida del Hijo del Hombre (12, 40). Buscar el reino y acoger a Jesús son dos acciones o actitudes que se implican en una misma experiencia espiritual.


Espiritualidad del reino - Espiritualidad de Jesús 

Cómo buscarlo - Cómo acogerlo

Lc 12, 35-48


Queremos leer, desde la perspectiva desarrollada aquí, el texto de Lc 12, 35-48 como una Lectio Divina que nos ofrece las claves de una espiritualidad que nos permite acoger, como discípulos, a Jesús Maestro que viene hoy a nuestro encuentro.


¿Cómo acoger al Señor Jesús?


Algunas claves:

  • Buscar el reino/acoger al Señor es fuente de dicha, alegría, felicidad. Dos veces (en v. 37 y 38) aparece el término "makarioi" (bienaventurados/dichosos) como promesa para el siervo atento  a la llegada de su amo.
  • El fundamento de esta experiencia es el acontecimiento pascual; y por eso mismo supone una actitud activa de parte del discípulo ("con la cintura ceñida y las lámparas encendidas"). Nos recuerda a Éxodo 12, 11: "Y lo comerán así: la cintura ceñida, las sandalias en los pies, un bastón en la mano; y se lo comerán a toda prisa, porque es la Pascua, el Paso del Señor").
  • Supone una actitud espiritual de atención y discernimiento: estando vigilantes y despiertos para cuando venga; de tal manera que, cuando llegue y llame, le abramos. Porque el Señor puede venir a cualquier hora, en cualquier momento (a medianoche, al amanecer...).

Y , entonces, sucede algo insólito: la lógica se invierte. El esclavo que debe servir al amo termina servido y atendido por éste. 


Así es, el Señor se ciñe, nos hace reclinar en la mesa, y nos sirve. En esto consiste tener experiencia del reino.


Alesouri, Sch.P




Entradas populares de este blog

Primer Domingo de CUARESMA, Ciclo A / Mt 4,1-11

VI DOMINGO DE LA PALABRA DE DIOS / Tercer Domingo del TO Ciclo C

EL DISCÍPULO SERÁ COMO SU MAESTRO